quinta-feira, 13 de janeiro de 2011

tomás y virginia, cartas a destiempo

dos cartas que fueron escritas al mismo tiempo pero que no llegaron a tiempo:

Buenos Aires, Balvanera,
14 de enero 2011, 3h de la madrugada

Virginia:

No sabía como empezar esta carta. Pensé primero en señorita Virginia que sería algo respetuoso y casi formal pero nosotros nunca entendimos esas cosas. Y más allá del tiempo y de que quizás te hayas casado (de ser así te debería llamar señora), más allá de como empezar, del miedo y el formalismo, te digo Virginia. Porque así te conocí. Recuerdo cuando mi tía nos presentó en la quinta de verano de tu abuela. También recuerdo tus pecas y tu mirada esquivando la mía. Nunca olvidaré ese verano que levantandote la pollera en mi habitación, me pediste que juguemos al doctor. Y terminamos toda esa tarde haciendonos caricias. Lastima cuando tu abuela nos descubrió. Siempre fantaseo en lo que hubiera pasado si esa puerta no se hubiera abierto a tiempo.
No sé porqué te escribo esto. Puede ser esta duda que te transmito, puede ser que cuando llamo a mi hija con tu nombre me acuerdo de vos y tu lejanía, del verano ese, de tu cara de pecas inundada de lagrimas por los retos de tu abuela. Sin más,

Tomás.



14 de enero 2011, 3h de la madrugada

Tomás,

Hoy me acordé de vos. De cuando vivía en Argentina. Acá me tienen encerrada pero la mente no me la pueden enrejar. Y cada día me acuerdo de cosas distintas, lugares y gente. Me veo vieja y sucia. Pero me acuerdo de tus miradas. Te quería decir esto porque ahora me voy al río.

Virginia,
desde un más allá o un acá tan cercano como Buenos Aires o Barcelona

1 comentário:

  1. Que linda, se extraña charlar con vos, aunque sea dos minutos mientras te pesaba la compra, apurada porque la señora de atras me miraba feo y entre las frutas y las verduras tu sonrisa de mina buena.
    Solo deseo lo mejor para vos, porque curiosamente en esa sonrisa se refleja que te mereces ser feliz.
    Veronica (Verumafu)

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